La crisis económica generada por la pandemia del coronavirus (COVID-19) golpea a la lucha libre mexicana, que tiene el riesgo de perder a una de sus arenas más emblemáticas por la falta de funciones desde mediados de marzo.
Lejos de los reflectores de la grandes empresas de lucha libre como la estadounidense WWE que reportó un incremento en sus ganancias en un 60 por ciento en los primeros cuatro meses del año en comparación a 2019 -291 millones más-, en México el negocio de los estetas independientes va a la baja.
La Arena Adolfo López Mateos, con casi 53 años de edad -la lucha libre en México tiene 86 años-, está a punto de cambiar de giro y dejar sin trabajo a por lo menos 50 luchadores después de la pandemia.
Este recinto, apadrinado por el Santo -la principal imagen en el mundo de la lucha libre mexicana-, organiza funciones con un tope máximo 300.000 pesos (8.198 dólares) de los que recupera sólo 60.000 pesos (2.457 dólares).
Héctor Guzmán, el dueño, explicó que el principio de año siempre es complicado por la baja asistencia de aficionados que vienen de hacer gastos en diciembre. Sin embargo, sabe que en mayo, mes de su aniversario, se recuperan.
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